We Love God!

God: "I looked for someone to take a stand for me, and stand in the gap" (Ezekiel 22:30)

The ultimate cause of all spiritual depression is unbelief. For if it were not for unbelief even the devil could do nothing. It is because we listen to the devil instead of listening to God that we go down before him and fall before his attacks. That is why this psalmist keeps on saying to himself: “Hope thou in God for I shall yet praise Him…” He reminds himself of God. Why? Because he was depressed and had forgotten God, so that his faith and his unbelief in God and in God’s power, and in his relationship to God, were not what they ought to be. We can indeed sum it all up by saying that the final and ultimate cause is just sheer unbelief.
Martyn Lloyd-Jones

Just as a husband cannot be indulgent of adultery in his wife, so also God cannot and will not endure infidelity in us. What would we think of a man or woman who does not experience jealous feelings when another person approaches his or her spouse and threatens to win his or her affection? We would regard such a person as deficient in moral character and lacking in true love.
Sam Storms

Bible – Read the Español – (Spanish Modern) Ester Chapter 5:1-14 Online.

Index: Español – (Spanish Modern)

 

Ester 5

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5:1 Aconteció al tercer día que Ester se vistió con su vestido real y se puso de pie en el patio interior de la casa del rey, frente a la sala real. El rey estaba sentado en su trono real en la sala real, ante la puerta de la sala.

5:2 Y sucedió que cuando el rey vio a la reina Ester, de pie en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos. El rey extendió hacia Ester el cetro de oro que tenía en su mano, y Ester se acercó y tocó la punta del cetro.

5:3 Entonces el rey le preguntó: –¿Qué tienes, oh reina Ester? ¿Cuál es tu petición? ¡Hasta la mitad del reino te será dada!

5:4 Ester respondió: –Si al rey le parece bien, venga hoy el rey con Amán al banquete que le he preparado.

5:5 Y el rey dijo: –¡Daos prisa y llamad a Amán para hacer lo que ha dicho Ester! Fueron, pues, el rey y Amán al banquete que Ester había preparado.

5:6 Y mientras bebían el vino, el rey preguntó a Ester: –¿Cuál es tu petición? Te será dada. ¿Qué es lo que solicitas? ¡Hasta la mitad del reino te será concedida!

5:7 Entonces Ester respondió y dijo: –Mi petición y solicitud es ésta:

5:8 Si he hallado gracia ante los ojos del rey, y si al rey le parece bien conceder mi petición y hacer lo que solicito, que venga el rey con Amán al banquete que les he de hacer; y mañana haré conforme a la palabra del rey.

5:9 Aquel día Amán salió alegre y contento de corazón. Pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta real, y que no se levantaba ni temblaba delante de él, se llenó de ira contra Mardoqueo.

5:10 Sin embargo, Amán se contuvo y se fue a su casa. Entonces envió llamar a sus amigos y a Zeres, su mujer.

5:11 Y Amán empezó a referirles la gloria de sus riquezas, la multitud de sus hijos, todo con que le había engrandecido el rey, y cómo le había enaltecido sobre los magistrados y los servidores del rey.

5:12 Y Amán añadió: –También la reina Ester a ninguno hizo que viniera con el rey al banquete que dio, sino sólo a mí. Además, para mañana yo seré su invitado junto con el rey.

5:13 Pero todo esto de nada me sirve cada vez que veo al judío Mardoqueo sentado junto a la puerta real.

5:14 Entonces Zeres, su mujer, y todos sus amigos le dijeron: –Que se haga una horca de 50 codos de alto, y por la mañana dile al rey que cuelguen en ella a Mardoqueo. Y entra alegre con el rey al banquete. La idea agradó a Amán, e hizo preparar la horca.