We Love God!

God: "I looked for someone to take a stand for me, and stand in the gap" (Ezekiel 22:30)

All are not saved by Christ’s death, but all which are saved, are saved by Christ’s death; His death is sufficient to save all, as the sun is sufficient to lighten all; but if any man wink, the sun will not give him light.
Henry Smith

Even our own testimony reveals that nothing good has ever been achieved through our sin. Sin like a deadly serpent, if you play with it, you will get stung. Sin is the number one culprit to destroy marriages and churches. Often, not always, those with the most interpersonal problems have the most sin. Sin sears our conscience. It hardens our heart. It steals our joy. And leaves in its deceptive wake a lifetime of regret and consequences.
Randy Smith

Bible – Read the Español – (Spanish Modern) Ester Chapter 8:1-17 Online.

Index: Español – (Spanish Modern)

 

Ester 8

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8:1 Ese mismo día el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán, el enemigo de los judíos. También Mardoqueo vino a la presencia del rey, porque Ester le declaró lo que él era de ella.

8:2 El rey se quitó su anillo que había vuelto a tomar de Amán, y se lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo a cargo de la casa de Amán.

8:3 Ester volvió a hablar en presencia del rey. Se echó a sus pies llorando, y le imploró que evitase la desgracia concebida por Amán el agageo y el plan que había ideado contra los judíos.

8:4 El rey extendió hacia Ester el cetro de oro, y ella se levantó y se puso de pie delante del rey.

8:5 Entonces dijo: –Si al rey le parece bien, si he hallado gracia delante de él, si el asunto le parece correcto al rey y yo soy agradable a sus ojos, que se escriba para revocar las cartas maquinadas por Amán hijo de Hamedata, el agageo, que escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del rey.

8:6 Porque, ¿cómo podría yo soportar y ver el mal que alcanzaría a mi pueblo? ¿Cómo podría yo soportar y ver la destrucción de mi gente?

8:7 Entonces el rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo: –He aquí, he dado a Ester la casa de Amán, y a él lo han colgado en la horca, porque extendió su mano contra los judíos.

8:8 Vosotros, pues, escribid en nombre del rey acerca de los judíos como os parezca bien, y selladlo con el anillo real. Porque el documento que se escribe en el nombre del rey y se sella con el anillo del rey es irrevocable.

8:9 En aquel momento fueron llamados los escribas del rey, el día 23 del mes tercero, que es el mes de Siván. Y conforme a todo lo que Mardoqueo mandó, se escribió a los judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los magistrados de las provincias, que desde la India hasta Etiopía eran 127 provincias. A cada provincia se escribió según su escritura, y a cada pueblo en su idioma. También a los judíos se les escribió según su escritura y en su idioma.

8:10 Mardoqueo escribió las cartas en el nombre del rey Asuero, las selló con el anillo del rey y las envió por medio de mensajeros a caballo, que cabalgaban los veloces corceles de las caballerizas reales.

8:11 En ellas el rey facultaba a los judíos que estaban en cada una de las ciudades, a que se reuniesen y estuviesen a la defensiva, para destruir, matar y exterminar a todo ejército de pueblo o provincia que los asediase, incluyendo a los niños y a las mujeres, y para tomar botín de ellos

8:12 en todas las provincias del rey Asuero, en un solo día: el día 13 del mes duodécimo, que es el mes de Adar.

8:13 Una copia del documento debía ser promulgada como ley en cada provincia, y debía ser proclamada a todos los pueblos, a fin de que los judíos estuviesen preparados para aquel día y tomasen venganza de sus enemigos.

8:14 Los mensajeros que cabalgaban los veloces corceles reales partieron apresurados e impulsados por la orden del rey. El decreto fue promulgado en Susa, la capital.

8:15 Mardoqueo salió de la presencia del rey con una vestidura real azul y blanca, una gran corona de oro y un manto de lino fino y púrpura. Y la ciudad de Susa gritaba de gozo y alegría.

8:16 Los judíos tuvieron esplendor y alegría, regocijo y honra.

8:17 En cada provincia y en cada ciudad, dondequiera que llegaba la palabra del rey y su decreto, los judíos tenían alegría y regocijo, banquete y día de fiesta. Muchos de los pueblos de la tierra declaraban ser judíos, porque el miedo a los judíos había caído sobre ellos.