We Love God!

God: "I looked for someone to take a stand for me, and stand in the gap" (Ezekiel 22:30)

There is no reference anywhere in the New Testament to a female elder. You may wish to object by pointing out that this is an argument from silence... The bottom line is that we simply have no biblical precedent for female elders nor anything in the text that describes their nature, function, and qualifications that would lead us to believe that this could ever be a possibility.
Sam Storms

Laymen sometimes think they need not be theologians. That, however, is a very great mistake. They do need to be theologians; at least, they should be amateur theologians. In fact, that is the one vocation every man is obliged to follow. A layman does not need to be a plumber, a carpenter, a lawyer, a doctor, a teacher, a laborer, a housewife. These are all possibilities, not necessities. A layman may be one of these or the other as he chooses. But he must be a theologian. This is not an option with him but a requirement… A lay theologian is a person who has a true knowledge of God which he understands in nontechnical, nonprofessional, nonacademic terms… Is it not clear why a layman must necessarily be a theologian? Is there anyone, layman or otherwise, who does not need to know God? Does the Scripture not say, “This is life eternal, that they might know thee the only true God, and Jesus Christ, whom thou has sent” (John 17:3)? It is, then, no mere option with a layman whether he will be a theologian or not, whether he will have eternal life or not; it is no option with him whether he will know God or not. The knowledge of God is necessary to eternal life. And if eternal life is necessary for every man, then theology is also necessary for every man.
John Gerstner

Bible – Read the Español – (Spanish Modern) Oseas Chapter 2:1-23 Online.

Index: Español – (Spanish Modern)

 

Oseas 2

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2:1 “Decid a vuestros hermanos: Ammí, y a vuestras hermanas: Rujama.

2:2 “¡Acusad a vuestra madre, acusadla! Porque ella ya no es mi mujer, ni yo soy su marido. Que quite sus fornicaciones de delante de su cara y sus adulterios de entre sus pechos.

2:3 No sea que yo la desnude por completo y la ponga como en el día en que nació. No sea que la vuelva como un desierto, que la deje como una tierra reseca y la mate de sed.

2:4 Tampoco me compadeceré de sus hijos, porque son hijos de prostitución.

2:5 Porque su madre se prostituyó; la que los concibió actuó desvergonzadamente, porque dijo: ‘Iré tras mis amantes que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.’

2:6 Por tanto, he aquí que yo obstruyo su camino con espinos, y reforzaré su vallado, de manera que ella no encuentre sus senderos.

2:7 Ella irá tras sus amantes, pero no los alcanzará; los buscará, pero no los hallará. Entonces dirá: ‘Iré y me volveré a mi primer marido, porque mejor me iba antes que ahora.’

2:8 “Pero ella no reconoció que era yo el que le daba el trigo, el vino nuevo y el aceite. Yo le di abundancia de plata y de oro, que ellos usaron para Baal.

2:9 Por tanto, volveré a tomar mi trigo a su tiempo y mi vino en su época, y quitaré mi lana y mi lino que cubren su desnudez.

2:10 Ahora pondré al descubierto su locura ante los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.

2:11 Haré cesar todo su regocijo: sus fiestas, sus lunas nuevas, sus sábados y todas sus festividades.

2:12 Arrasaré sus viñas y sus higueras de las cuales ha dicho: ‘Son la paga que me han dado mis amantes.’ Yo las reduciré a matorral, y se las comerán los animales del campo.

2:13 La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de mí”, dice Jehovah.

2:14 “Sin embargo, he aquí que yo la persuadiré, la llevaré al desierto y hablaré a su corazón.

2:15 Y desde allí le daré sus viñas, y el valle de Acor será como puerta de esperanza. Allí me responderá como en los días de su juventud, y como en el día en que subió de la tierra de Egipto.

2:16 Sucederá en aquel día, dice Jehovah, que me llamarás: ‘Marido mío’; y nunca más me llamarás: ‘Señor mío.’

2:17 Porque yo quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mencionados sus nombres.

2:18 “En aquel día haré por ellos un pacto con los animales del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra. Quebraré el arco y la espada, y anularé la guerra en la tierra. Y les haré dormir seguros.

2:19 “Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y derecho, en lealtad y compasión.

2:20 Yo te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehovah.

2:21 Y sucederá en aquel día, dice Jehovah, que responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra.

2:22 La tierra responderá al trigo, al vino y al aceite; y éstos responderán a Jezreel.

2:23 Yo la sembraré para mí en esta tierra, y tendré compasión de Lo-rujama. Diré a Lo-ammí: ‘¡Pueblo mío eres tú!’, y él dirá: ‘¡Dios mío!'”