God's holiness and righteous glory have been desecrated, defamed, and blasphemed by our sin. It is with a holy God that we have to do in our guilt! And there can be no justification, no reconciliation, no cleansing of our conscience, unless the holiness of God is honored and the defamation of His righteousness is repaired. The urgency of our problem with guilt is not that we feel miserable, but that God's name has been blasphemed. We live in a day with such a horrendously inflated view of human potential and such a miserably tiny view of God's holiness that we can scarcely understand what the real problem of guilt is. The real problem is not, 'How can God be loving and yet condemn people with such little sins?' The real problem is, 'How can God be righteous if He acquits such miserable sinners as we?' There can be no lasting remedy for guilt which does not deal with God's righteous indignation against sin. That's why there had to be a sacrifice. And not just any sacrifice, but the sacrifice of the Son of God! No one else, and no other act, could repair the defamation done to the glory of God by our sins. But when Jesus died for the glory of the Father, satisfaction was made. The glory was restored. Righteousness was demonstrated. Henceforth it is clear that when God, by grace, freely justifies the ungodly (Romans 4:5), He is not indifferent to the demands of justice. It is all based on the grand transaction between the Father and the Son on the morning of Good Friday at Calvary. No other gospel can take away our guilt because no other gospel corresponds to the cosmic proportions of our sin in relation to God.
John Piper

Bible – Read the Español – (Spanish Modern) 2 Timoteo Chapter 4:1-22 Online.

Index: Español – (Spanish Modern)

 

2 Timoteo 4

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4:1 Te requiero delante de Dios y de Cristo Jesús, quien ha de juzgar a los vivos y a los muertos, tanto por su manifestación como por su reino:

4:2 Predica la palabra; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza.

4:3 Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; más bien, teniendo comezón de oír, amontonarán para sí maestros conforme a sus propias pasiones,

4:4 y a la vez que apartarán sus oídos de la verdad, se volverán a las fábulas.

4:5 Pero tú, sé sobrio en todo; soporta las aflicciones; haz obra de evangelista; cumple tu ministerio.

4:6 Porque yo ya estoy a punto de ser ofrecido en sacrificio, y el tiempo de mi partida ha llegado.

4:7 He peleado la buena batalla; he acabado la carrera; he guardado la fe.

4:8 Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el Juez justo, en aquel día. Y no sólo a mí, sino también a todos los que han amado su venida.

4:9 Procura venir pronto a verme,

4:10 porque Demas me ha desamparado, habiendo amado el mundo presente, y se fue a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.

4:11 Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.

4:12 A Tíquico envié a Éfeso.

4:13 Trae, cuando vengas, el manto que dejé en Troas en casa de Carpo, y los rollos, especialmente los pergaminos.

4:14 Alejandro el herrero me ha causado muchos males. El Señor le pagará conforme a sus hechos.

4:15 Guárdate tú también de él, porque en gran manera ha resistido a nuestras palabras.

4:16 En mi primera defensa nadie estuvo de mi parte. Más bien, todos me desampararon. No se les tome en cuenta.

4:17 Pero el Señor sí estuvo conmigo y me dio fuerzas para que por medio de mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles escucharan. Y fui librado de la boca del león.

4:18 El Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

4:19 Saluda a Priscila y a Aquilas, y a la casa de Onesíforo.

4:20 Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.

4:21 Procura venir antes del invierno. Te saludan Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.

4:22 El Señor Jesucristo sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.